El pasado mes de junio el Ministro de Educación, Cultura y Deportes, “nuestro ministro”, declaró que “Tanto el Ministro de Hacienda como él mismo estaban dispuestos a revisar el IVA cultural”, dejando abierta una coletilla que suele eximir a los políticos cualquier responsabilidad en sus declaraciones. Son como las ecuaciones matemáticas simples; esto que suma se suprime con esto que resta. En este caso la coletilla supresora fue: “Si los objetivos de consolidación fiscal lo permiten”.
Los políticos hablan y hablan (se supone que para los ciudadanos) y a veces (muchas) dan la impresión de subestimar el intelecto de esos ciudadanos, los cuales entienden, y muy bien, lo que dicen, lo que quieren decir, lo que no dicen y lo que no quieren decir. En verdad son un libro abierto, generalmente con las páginas en blanco. Todo el mundo acaba de entender que en realidad no dicen nada. Es el arte de la política que hemos aprendido hace mucho.
El caso que nos ocupa sería uno más, unas declaraciones más, de un político más, de las que haríamos oídos sordos una vez más, si no fuera porque está en juego un sector profesional, con lo que conlleva de empresas y puestos de trabajo, que está esperando angustiado que esos políticos resuelvan el desaguisado que han provocado con una subida esperpéntica del IVA cultural, el pasado mes de septiembre de 2012.
El Ministro Wert tiene que posicionarse claramente sin coeficiente corrector alguno; tiene que contestar al sector una demanda iniciada desde el minuto uno de tal decisión, que ha provocado, no solo el desánimo general, si no una debacle en las recaudaciones teatrales y musicales. Si señor Wert, una debacle en toda regla de la que usted y su gobierno en pleno son responsables directos y además, según los estudios de asistencia, para nada, para no aumentar las recaudaciones efectivas por IVA.
Al mismo tiempo que soportamos, nunca mejor dicho, ese esperpéntico IVA del 21%, hay ayuntamientos que después de haber hecho oídos sordos durante años a la llamada de esta asociación a suprimir el gratis total en los conciertos programados, dejándose llevar por la ola de la bonanza con un tufo claramente electoralista pagando elevados cachets mientras solicitábamos recintos e infraestructuras como medio para organizar conciertos de artistas relevantes en sus localidades sin más costes que las infraestructuras que pudieran aportar; pues esos ayuntamientos, decíamos, son ahora los primeros en dar un giro de 180 grados en su política cultural pretendiendo cobrar tarifas de empresa privada, y superiores en algunos casos, por la utilización de sus instalaciones.
La situación en un caso y en otro desvela a las claras que nuestra clase política entiende la cultura solamente como arma económica o electoral, sin más; para ellos la cultura no representa los valores a que se ha hecho merecedora durante la historia, si no un vehículo para rentabilizar sus ambiciones. Más aún, no olvidamos que el propio Ministerio de Hacienda, en respuesta a la reclamación realizada por la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural Española, sobre el aumento del IVA, dijo: “hay que distinguir entre productos culturales y entretenimiento”, y se quedó tan ancho. Estas escandalosas manifestaciones no tuvieron réplica, a pesar de que las exigimos directamente al Ministerio responsable de la defensa la cultura, con lo cual entendemos que “el gobierno no considera Cultura ni la música ni el teatro ni el cine”.
No pedimos desde esta asociación, ni lo hemos pedido nunca, más ventajas y ayudas que aquellas que están protocolizadas en cualquier Estado que cree en la cultura de sus pueblos. Ya ni eso, ahora nos conformamos con que este gobierno, que representa a este Estado llamado España, nos deje en paz, no nos grave más, nos deje hacer nuestro trabajo sin trabas y utilizar las instalaciones que son de los ciudadanos, nos ponga en la lista de cualquier actividad que se le ocurra, pero claro, al mismo tiempo que no se ponga en la foto, el primero, en cuanto un acontecimiento relevante producido por amantes de la cultura salta a la actualidad. No, quédense en su casa. No aparezcan. Olvídense de la Cultura. De verdad Sr. Wert, no nos ofenda más.
La Junta Directiva de A.R.T.E.